quinta-feira, 17 de maio de 2007

Granada la bella, de Angel Ganivet



En el comienzo de este siglo, España ha atravesado días muy duros; ha tenido que hacer frente a una invasión y los que dieron la cara no fueron en verdad los doctos. Esos pasaron todos el sarampión napoleónico, y en nombre de las ideas nuevas se hubieran dejado rapar como quintos e imponer el imperial uniforme. Los que salvaran a España fueron los ignorantes, los que no sabían leer ni escribir. ¿Quién dio pruebas de mayor robustez cerebral: el que, seducido por ideas brillantes, aún no digeridas, sintió vacilar su fe en su nación, y se dejó invadir por la epidemia que entonces reinaba en toda Europa, o el que con cuatro ideas recibidas por tradición supo mantener su personalidad bien definida ante un Poder tan absorbente y formidable?

Sabedlo, pues, pedagogos de tres al cuarto, propagandistas de la instrucción gratuita obligatoria: Jeremias de la estadística, que os sofocáis cuando veis en ella que el cincuenta por ciento de los españoles no saben leer ni escribir y pretendéis infundirles conocimientos artifíciales por medio de caprichosos sistemas: el único papel decoroso que España ha representado en la política de Europa en lo que va de siglo no lo habéis representado vosotros o vuestros precursores, sino que lo ha representado ese pueblo ignorante que un artista tan ignorante y genial como él, Goya, ha simbolizado en el cuadro El Dos de Mayo, en aquel hombre o fiera que, con los brazos abiertos, el pecho salido, desafiando con los ojos, ruge delante de las balas que le asesinan.
(p. 60s)
O excerto que oferecemos a você, rara e raro leitor, é do livro Granada la bella, de Angel Ganivet (1865-1898), escritor e pensador espanhol, granadino, que se constitui de doze cartas enviadas, no período de 14 a 27 de fevereiro de 1896, de Helsinki (Finlândia), onde servia como cônsul da Espanha, para serem publicadas em série num jornal de Granada, e que posteriormente foram editadas em volume. As interessantíssimas cartas têm os seguintes títulos: Puntos de vista; Lo viejo y lo nuevo; !Agua!; Luz y sombra; No hay que ensancharse; Nuestro carácter; Nuestro arte; Qué somos?; Parrafada filosófica ante una estación de ferrocarril; El constructor espiritual; Monumentos; e, Lo eterno femenino. Além de nos remeter historicamente ao século XIX espanhol e europeu, expressam, a partir de uma relação amorosa com sua cidade natal, um autor com um pensamento singular e bem humorado sobre o que é viver em cidades e seus desafios numa época de grandes transformações na vida urbana, educacionais, culturais, econômicas, sociais e tecnológicas.
No trecho selecionado parecem-nos relevantes as referências que faz o autor:
a) às invasões napoleônicas na Espanha e como se comportou diante delas a aristocracia do país - pelo que possa haver de paralelo ou não com a vinda da Família Real para o Brasil devido às mesmas invasões - e
b) à alfabetização popular que pretendia, segundo Ganivet, infundir no povo "conocimientos artificiales"! Parece-nos uma forma particular e sábia de perceber o quanto o sistema público de ensino iria, então, solapar os saberes das culturas tradicionais populares de Espanha e os substituir por tais saberes artificiais. Como ocorreu em todos os países.
O que acha disso, rara ou raro leitor?

Registramos, ainda que quase toda a obra publicada de Angel Ganivet foi lançada entre 1896 e 1898, ano em que o autor se suicidou, aos 33 anos de idade. Segundo se afirma em nota editorial , por loucura, e talvez, por amor.

A edição de Granada la bella que utilizamos, tem o formato de 8cmx6cm, em papel-bíblia, com 25 ilustrações e 303 p., e foi publicada pela Aguilar, de Madrid, na coleção Crisol, v. 18, para ser distribuída como “felicitación de Navidad y Año Nuevo a todos nuestros amigos”, em 1962.

Outras informações sobre Angel Ganivet e sua obra:

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